El divorcio es siempre para los hijos una experiencia diferente que para los padres: la familia en la cual los niños nacieron, crecieron y vivieron toda su vida se rompe. El apoyo y la seguridad que los niños necesitan se tambalean. Aparece la incertidumbre. Las consecuencias pueden ir de moderadas a graves, de transitorias a permanentes en función de que sea un divorcio colaborativo o un divorcio destructivo. Los divorcios destructivos tienen consecuencias en los hijos en muchas ocasiones irreparables.
Tanto hombres como mujeres suelen presentar estrés, ansiedad y pérdida de autoestima, y con mayor intensidad quienes no han tomado la decisión de separarse. Estos frecuentemente se sienten: sorprendidos, heridos, rechazados, furiosos, avergonzados, traicionados y devastados, padeciendo enorme confusión emocional, acompañada de rabia y pérdida; quienes toman la decisión de la ruptura de pareja, especialmente si esta tiene hijos, pueden sentirse culpables, y mantener cogniciones y sentimientos contradictorios. Todo ello les transforma, en muchos de los casos, en personas vulnerables y en gestores incompetentes de sus vidas, especialmente como progenitores, llegando, en algunos casos, a suponer un proceso de alto maltrato a los hijos, con consecuencias terribles e inimaginables para estos.
En los procesos de separación y divorcio, el maltrato a los hijos puede ser de cuatro tipos:
- Maltrato emocional, con conductas tales, como: judicialización de la relación parental, falsas denuncias de abuso sexual, interferencias parentales, utilización del menor como espía o mensajero, etc.
- Maltrato físico, principalmente producido por sobrecarga en las obligaciones del menor.
- Abandono físico o negligencia, esto ocurre, por ejemplo, cuando el progenitor que ejerce la custodia, a sabiendas de que no puede atender todas las necesidades de los niños, no pide ayuda al otro progenitor ni a otros adultos o instituciones; cuando el progenitor que no ejerce la custodia no ofrece soporte necesario.
- Abandono emocional, puede producirse, por ejemplo, cuando: no se le ofrece una explicación a los hijos acorde a su edad; no se les brinda el apoyo, por parte de los progenitores o profesionales, para superar la separación; o se desatiende el cumplimiento del tiempo de estancias y comunicación.
Como lograr que el divorcio no afecte a los niños
- Explícale lo que sucede con claridad, de manera que lo pueda entender. A la hora de comunicar la decisión del divorcio, es importante que ambos progenitores estén presentes, ya que esto le dará mayor seguridad al niño y no se sentirá abandonado por uno de ellos.
- Hazle saber que no es su culpa. Muchos niños se sienten culpables por la separación de sus padres, creen que el divorcio se debe a su comportamiento. Por eso, es importante dejar claro a tu hijo que no tiene ninguna responsabilidad en lo ocurrido y que ambos le seguiréis queriendo igual.
- Dale los detalles que necesita saber. Después de que le comuniques la noticia, es normal que el niño se sienta confuso y desorientado, ya que siente que su mundo se está desplomando. Intenta explicarle qué sucederá a partir de ese momento. No es necesario que entres en demasiados detalles. Se trata de pequeños detalles que, a menudo, los padres pasan por alto, pero que transmiten seguridad y confianza a los niños.
- Mientras asimila la noticia, valida sus emociones. La mayoría de los niños necesitan un poco de tiempo para asimilar el divorcio de sus padres, normalmente unos 2 a 6 meses. Durante esa fase, hay que tener paciencia y apoyarle. Valida esas emociones y anímale a hablar de ellas.
- Mantén la rutina, incluyendo nuevas actividades motivadoras. Los hábitos cotidianos sirven para que el niño se sienta seguro, por lo que es importante que, dentro de lo posible, mantengas las mismas rutinas. Por supuesto, también es conveniente incluir nuevas actividades que el niño disfrute, de manera que pueda comprender que, aunque todos estáis atravesando por una situación difícil, también podéis seguir disfrutando de la vida.
- No hables mal del otro progenitor. Para los niños, las razones del divorcio no son suficientes. El niño quiere a ambos padres y no le parece bien que se separen, por encima de cualquier error de pareja se encuentra su amor de hijo. Por encima de las rencillas personales debe prevalecer el bien del niño, y lo mejor para este, es que sus padres sigan queriéndole y apoyándole como siempre.
- No abandones ni descuides a tu hijo. En algunos casos, la sensación de abandono que tiene el niño es real, ya que uno de los progenitores le abandona, literal o metafóricamente. De hecho, el abandono no es solo físico, del padre que se desentiende del niño, sino también emocional, en cuyo caso es más habitual del padre que se queda a cargo del hijo. En estos casos, lo usual es que los niños se conviertan en cuidadores del padre, asumiendo roles y responsabilidades para los cuales no están preparados
Cuando la separación se realiza de una manera racional, centrada en satisfacer las necesidades de los hijos, tanto a nivel físico como emocional, garantizándoles el derecho a seguir manteniendo una relación sana y satisfactoria con ambos progenitores, la separación no les deja afectación. Por el contrario, cuando los adultos están más interesados en satisfacer sus necesidades materiales o emocionales, los hijos pueden estar en riesgo.
Fuente: Pediatria Integral Vol XXII Nº 4 Junio 2018
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Un reto, el de la educación sexual, que tenemos que abordar ya desde la primera infancia. Todos los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a recibir una información y educación sexual, que no sólo contenga conocimientos sobre reproducción y genitalidad, sino también actitudes, habilidades y valores necesarios para disfrutar de su sexualidad, tanto física como emocionalmente, y que les haga capaces de tomar decisiones informadas sobre su vida sexual y reproductiva.
Hablar sobre sexualidad no es una práctica habitual. Suele generar malestar, resistencias, miedos. Los miedos, prejuicios y dificultades forman parte de lo que somos, están ahí y no los podemos obviar, pero si como padres y como docentes somos conscientes de la importancia de la educación, podemos acceder a diferentes fuentes de formación y estaremos plenamente capacitados para acometer esta importante tarea. Como padres y docentes nos corresponde conocer el proceso, reconocerlo, respetarlo y protegerlo. Nunca es demasiado tarde para hablar con los hijos/as sobre sexualidad.
Animamos a las familias a tratar con sus hijos e hijas los temas relacionados con la sexualidad, sin eludir respuestas y en términos apropiados al nivel de desarrollo de cada niño o cada niña. La educación sexual es parte de la educación emocional del niño, de la educación en valores y de la prevención en salud.
Somos seres sexuados durante todas las etapas de la vida. La necesidad física y afectiva de tocarnos, de darnos placer y de intimidad, nos acompaña desde que nacemos hasta que morimos. La sexualidad se reelabora a lo largo de una vida. Durante la infancia, uno de los periodos donde el aprendizaje es más importante, toda relación configura de un modo u otro el desarrollo sexual. Ante una situación relacionada con la sexualidad, muchos padres suelen reaccionar de manera poco natural. Una respuesta adecuada, un titubeo o un silencio son mensajes distintos que el niño capta y que inciden en su desarrollo, para bien o para mal.
La sexualidad infantil existe, aunque en diversos contextos y momentos históricos se haya dicho que no. Se desarrolla y expresa fundamentalmente a través de la curiosidad (observación, manipulación, autodescubrimientos, fisgoneo o preguntas) y el juego (exploración, imitación e identificación). Todos los niños y las niñas son curiosos, además es bueno que así sea. La curiosidad funciona como un motor para el aprendizaje. Por tanto, es necesario satisfacer la lógica curiosidad infantil con una buena información. La falta de respuesta ante este tipo de cuestiones convierte a lo sexual en lo prohibido, en lo que debe ocultarse. El sentido y los significados que niñas y niños dan a sus descubrimientos y juegos sexuales poco tienen que ver con los dados por las personas adultas. Sus actividades sexuales se basan en motivos diferentes. Por ello, es importante no interpretar las expresiones de su sexualidad desde nuestra óptica y nuestra experiencia de personas adultas y atribuirles significados que no tienen.
La Sexualidad tiene tres funciones:
Comunicación: para dar y recibir cariño, manifestar ternura y expresar lo que sentimos en las relaciones.
Placer: para disfrutar, sentir placer, relajarse, descargar tensiones, sentir bienestar.
Reproducción: para tener hijos cuando así se desee libremente y de forma responsable.
Entre dos personas que se gustan existe deseo, comunicación, placer, intimidad y, sobre todo, bienestar. Así pues, la sexualidad humana precisa de una mirada renovada donde se resalte de manera positiva el hecho sexual como fuente de sensaciones placenteras en lo físico y lo psíquico; donde la sensualidad, las caricias, el descubrimiento del propio cuerpo y del otro vayan tomando lugar y se amplíe a todas las posibilidades que se tienen. Cada cual podría entonces decidir por sí mismo qué le gusta, que prefiere en cada momento, cómo y dónde encuentra el placer y que le hace realmente disfrutar. Se debe procurar transmitir que la sexualidad puede ser fuente de bienestar y en la que, evidentemente, hay lugar para los deseos pero también para la responsabilidad.
Vivimos en una sociedad que promueve un modelo de sexualidad y de encuentro muy centrado en lo genital y en lo reproductivo; generalmente se entiende que el coito es lo más importante, lo único. Este hecho es una herencia cultural centrada en una sexualidad entendida esencialmente como reproductiva. Reducir la sexualidad a esto es enormemente empobrecedor, pero vivimos inmersos en una sociedad que transmite en la publicidad, las películas, las revistas e Internet que relación sexual y coito son sinónimos y se asimila el coito a una relación sexual completa, como si a las otras maneras de vivir la sexualidad les faltara algo.
Todavía, con demasiada frecuencia, se asocia la sexualidad exclusivamente a los peligros. De modo que se acaba poniendo el foco únicamente sobre las conductas de riesgo. La sexualidad está íntimamente relacionada con el placer, la comunicación y el intercambio afectivo. Es algo que, según la Organización Mundial de la Salud, “nos motiva a buscar afecto, placer, ternura e intimidad”
En la primera infancia se produce el descubrimiento del propio cuerpo y la experimentación de sensaciones a través de la autoexploración y de los contactos con otros cuerpos, la conciencia del propio sexo y de la existencia del otro y de las diferencias entre ambos, la curiosidad por el cuerpo adulto (masculino y femenino) y por el de otros niños y niñas, las relaciones y los vínculos afectivos con las figuras de apego y los sentimientos hacia ellas, el interés por el propio origen, la reproducción y las relaciones sexuales y amorosas entre personas adultas, las primeras nociones sobre los estereotipos y características asociadas a lo femenino y a lo masculino… Es importante tener preparadas respuestas para las posibles preguntas. Si nos coge desprevenidos, es probable que transmitamos que hay preguntas que nos incomodan y que el niño/niña deje de preguntar y busque otras fuentes de información menos adecuadas.
¿Tenemos que esperar a que nos pregunten y muestren curiosidad por la sexualidad, o es mejor hablar de ella antes de que manifiesten interés por la misma? Habrá momentos para estimular y proponer y otros para responder a sus preguntas. A veces, la opción de no hablar de sexualidad hasta que muestren un gran interés, lleva a la niña o al niño a sentir que a la persona adulta que les acompaña no le gusta hablar de estas cuestiones y, por tanto, dejan de preguntar o expresar su curiosidad, en una especie de círculo vicioso. Los niños y las niñas captan cuando a una persona adulta no le resulta fácil abordar cuestiones relacionadas con el cuerpo, el amor o el placer. Contarles nuestro pudor, miedo o vergüenza es un buen modo de mantener viva la comunicación, es posibilitar un intercambio real, poniendo en la mesa lo que realmente somos, y dando la posibilidad para que ella o él también expresen sus dificultades para hablar de sus inquietudes.
Dar información sexual no es adelantarse a los acontecimientos ni estimular una sexualidad que no sea acorde a su edad. Es permitir que comprendan qué les pasa a sus cuerpos, que lo vivan con salud, creatividad y alegría, y que den nombre a sus sensaciones y deseos.
Siempre va a ser mejor que tengan información y conocimientos adecuados a que sacien su curiosidad con lo que descubren en cualquier lugar. Si nos resulta difícil hacerlo en primera persona, siempre podemos buscar lugares y personas que sí lo puedan hacer de forma adecuada.
Desde prácticamente el inicio de la pubertad todo lo relacionado con lo sexual adquiere otra dimensión. La sociedad, los estereotipos y los roles darán muchas pautas. La educación sexual debe ayudar a adquirir una adecuada información, disipando mitos, creencias erróneas y dudas; desarrollar habilidades vitales como el pensamiento crítico, negociación y comunicación, confianza, empatía, capacidad para hacer preguntas y buscar ayuda, etc. Y consolidar actitudes y valores positivos como mentalidad abierta, autoestima, ausencia de prejuicios, respeto a los demás y actitud positiva en lo referente a su salud sexual y reproductiva. Está en nuestras manos capacitar a adolescentes y jóvenes para que asuman sus propias responsabilidades y actúen consecuentemente.
Os proponemos una serie de libros que os pueden, proporcionar la posibilidad de hablar, tratar de aproximarse a sus vivencias, conectar con sus necesidades, respetar…, en definitiva, educar en positivo, por lo que queremos conseguir y no únicamente por lo que queremos evitar.
LECTURAS RECOMENDADAS :
Educación sexual en la primera infancia: clica AQUÍ para acceder al contenido en pdf
La educación sexual de niños de 6 a 12 años: clica AQUÍ
No le cuentes cuentos : Cuento sobre sexualidad para leer en familia a partir de los 3 años: clica AQUÍ
Bibliografia
De la Cruz Martín-Romo C, Fernández-Cuesta Valcarce MA. La sexualidad en adolescentes y jóvenes.En AEPap ed. Curso de Actualización Pediatría 2014.Madrid: Exlibris Ediciones; 2014. p. 257-63.
Garcia Mañas A, Martin Perpiña C, La sexualidad en adolescentes y jóvenes. Evid pediatr. 2011; 7:27
Hernández Morales, G., Jaramillo Guijarro, La educación sexual de niñas y niños de 6 a 12 años. Guía para madres, padres y profesorado de Educación Primaria. Ministerio de Educación y Ciencia. Centro de Investigación y Documentación Educativa (CIDE).
La educación sexual en la primera infancia. Guía para padres, madres y profesorado de Educación Infantil.
No le cuentes cuentos Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado
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Leyendo el artículo de la Dra Paloma Gil, especialista en endocrinología y nutrición infantil que comentaba que hay muchas posibilidades de introducir las verduras en la alimentación infantil, pensamos en compartir con vosotros una serie de recetas de cremas, purés y gazpachos de verduras que os podemos asegurar están sabrosísimas. Veréis que en algunas recetas se añaden frutas y el resultado es asombroso.
Esperamos que os gusten
Clicando en las imágenes accederéis a las recetas.
Crema de tomate, zanahoria y jengibre ………………………………………………………………………………………………………………………………………………
Crema de mango y calabaza ………………………………………………………………………………………………………………………………………………….
Crema de manzana verde, aguacate y hierbabuena ………………………………………………………………………………………………………………………………………………….
Sopa de brócoli, cebolla y queso ……………………………………………………………………………………………………………………………………………………
Crema de zanahorias y naranja
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Crema de calabacín
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Crema de puerros con hinojo y manzana …………………………………………………………………………………………………………………………………
Crema de calabaza y pera ……………………………………………………………………………………………………………….
Gazpacho de sandía ……………………………………………………………………………………………………………………..
Gazpacho de melocotón ………………………………………………………………………………………………………………..
Gazpacho de calabacín …………………………………………………………………………………………………………………
Crema de berenjenas
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Adolescencia: Etapa tumultuosa y confusa para muchas familias.
Muchos niños dan muestras de que ya han entrado en la adolescencia al hacer un cambio drástico en la forma de relacionarse con sus padres. Las emociones exageradas y variables así como cierta inconsistencia en su comportamiento son habituales: Pasan de la tristeza a la alegría o de sentirse los más inteligentes a los más estúpidos con rapidez. Piden ser cuidados como niños y a los cinco minutos exigen que se les deje solos.
Los amigos se vuelven mucho más importantes, en comparación con los padres, a la hora de tomar decisiones. Dan mucha importancia al modo en que los ven los demás, especialmente los demás chicos de su edad, e intentan desesperadamente «encajar» en el grupo y ser aceptados.
Educar a un hijo durante la adolescencia no es tarea fácil. Hay que fijarse expectativas realistas, priorizar lo realmente importante como el tabaco, las drogas, el alcohol o cambios permanentes (e irremediables) en su aspecto, cosas más serias que una habitación desordenada. No caer en provocaciones, mantener la calma. Pactar, pactar, pactar….
Y leer sobre la adolescencia para conocer como es el adolescente, como ha de ser nuestra relación con el adolescente y que espera de nosotros un adolescente.
Os proponemos unos libros que os pueden ser útiles para abordar esta etapa de la crianza de los hijos
Como abrazar a un erizo
Robbins Jerrick
Una obra orientada a cualquier persona que quiera construir una relación positiva con adolescentes.
• Los autores se centran en tres áreas principales: la comunicación eficaz, la toma de decisiones y los métodos para fortalecer la autoestima en adolescentes.
• Expone situaciones reales en las que se verán reflejados tanto padres como hijos.
Vivir con un adolescente
Sonia Cervantes
¿Tienes problemas para que tu hijo adolescente te obedezca? ¿Os comunicáis con mucha dificultad y de malas maneras? ¿Has de discutir con él para que ordene su habitación o para que asuma sus obligaciones en casa? ¿Te preocupa cómo lleva sus estudios o las compañías que frecuenta?
Tener un adolescente en casa no debería ser un camino de obstáculos sino la ocasión ideal para educar y construir a alguien que sin llegar a ser un adulto, ya ha dejado de ser un niño. La falta de entendimiento y las distintas formas de ver la realidad deberían convertirse en oportunidades de enriquecimiento mutuo tanto para padres como para hijos.
!Socorro¡ tengo un hijo adolescente
Jean Pierre Bayard; Rober T. Bayard
Manual dirigido principalmente a padres y educadores en el que da las claves para ayudar a afrontar las dificultades que les van surgiendo durante esa etapa en la que ven que su dulce retoño desaparece para encontrarse con un ser que les lleva la contraria, reclama su espacio, impone sus normas…
El talento de los adolescentes
Jose Antonio Marina
Una obra imprescindible para conocer al hijo adolescente, aproximarse a él y aprender a conducirlo hacia su pleno desarrollo y madurez.
Repetir tanto que la adolescencia es un problema induce en los jóvenes una actitud que viene a corroborar la imagen que se les envía. La presión comercial sobre los adolescentes, la apelación a medidas jurídicas como la reducción de la edad penal, la claudicación educativa, el miedo a hablar de valores morales hacen imprescindible replantearse el tema de la adolescencia y, sobre todo, del modelo que los adultos proyectamos sobre ellos. El nuevo modelo debe ser a la vez más optimista y más exigente. Al titular este libro El talento de los adolescentes José Antonio Marina busca enfatizar este nuevo enfoque de la adolescencia, entendiendo por “talento” la capacidad para elegir bien las metas y movilizar los conocimientos, las emociones y las fortalezas necesarias para alcanzarlas. Es, pues, la inteligencia en acción.
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